La halitosis o mal aliento: se refiere al olor desagradable proveniente del aliento de una persona. No es necesariamente una enfermedad pero es un signo que nos indica que algo no anda bien en nuestro organismo. La halitosis es un síntoma de enfermedades de la cavidad oral como así también de enfermedades sistémicas (de nuestro organismo) que deben ser diagnosticadas y tratadas adecuadamente.
Causas de origen oral:
Se estima que el 87% de las causas que generan halitosis proviene de la cavidad bucal.
- Enfermedad periodontal y gingivitis: Es la primer causa de halitosis (51%) debido a la acumulación de agentes patógenos en el surco gingival y en las bolsas periodontales. La halitosis está directamente relacionada con la condición periodontal de cada individuo. La inflamación gingival ( de las encías) contribuye a la colonización de bacterias y al estancamiento de saliva alrededor de la encía inflamada, que agregado a la presencia de hemorragia propicia el mal aliento.
- Falta o pobre higiene dental: esto causa la aparición de caries, de placa bacteriana, de tártaro dental (sarro) y la acumulación de partículas de alimento que favorecen la proliferación bacteriana. La presencia de una capa blanquecina en el dorso de la lengua es la segunda causa (36%) de halitosis .
- Restauraciones dentales deficientes: Coronas y puentes en mal estado que favorecen el depósito de bacterias y alimentos.
- Medicamentos: Se da frecuentemente en personas que consumen varios medicamentos. Existen fármacos , como los antineoplásicos (anticancerígenos) que benefician el crecimiento de la cándida, el sangrado de las encías, la aparición de ulceras y la xerostomía. Otros fármacos que causan halitosis son los antidepresivos, antipsicóticos, antiespasmódicos, anestesia general, diuréticos, sedativos, antianginosos y antihipetensivos debido a la xerostomía que generan.
- Candidiasis oral: En caso de padecer ciertas enfermedades como cáncer, diabetes, HIV y xerostomía causada por la ingesta crónica de antibióticos o corticoides, se produce alteración de la flora normal permitiendo el crecimiento de la cándida (hongos blancos unicelulares).
- Otras alteraciones:
- Enfermedades ulcerativas de la cavidad bucal: penfigoide, pénfigo, aftas, úlceras causadas por traumatismo, gingivoestomatitis herpética
- Infecciones de la faringe: herpangina, mononucleosis, candidiasis, difteria, cáncer faríngeo
- Parótida: parotiditis (bacteriano vírica), tumor parotideo, sialolitiasis (cálculos en los conductos salivales), absceso parotídeo y otras disfunciones parotídeas asociadas a la diabetes, embarazo, herpes, leucemia, malnutrición y enfermedad de Hodgkin.
- Amígdalas: cuando existe una infección de las amígdalas dada por colonización bacteriana, el individuo desarrolla una halitosis transitoria hasta que se resuelva la infección.
- Necrosis producida por radioterapia y quimioterapia en pacientes con cáncer.
Causas de origen extra oral:
Cuando se ha descartado la etilogía oral de la halitosis, se debe considerar las causas sistémicas en otros niveles de nuestro organismo.
Alteraciones del tracto respiratorio superior:
- Respiración oral: aquellas personas que respiran a través de la boca tienden a desarrollar mal aliento debido a la reducción de la saliva en la boca.
- Causas nasales: a veces el olor proveniente de la nariz puede ser peor que el que viene de la boca. Sucede cuando existen infecciones como en la sinusitis. La presencia de pólipos también también afecta el aire espirado y a las secreciones mucosas. La rinitis atrófica o medicamentosa favorece el mal olor debido a la alteración de la mucosa que promueve el crecimiento bacteriano. Otras alteraciones que desencadena halitosis: tumores nasales, cuerpos extraños en las fosas nasales (niños) y atresia coanal.
- Causas laríngeas: infecciones en la laringe producen mal olor en la cavidad bucal. El carcinoma de laringe resulta en halitosis cuando las bacterias infectan las lesiones ulcerativas y necróticas del carcinoma.
- Alteraciones del tracto respiratorio inferior; Bronquios y pulmones: infecciones pulmonares o bronquiales, abscesos pulmonares , neumonías necrotizantes, tuberculosis, enfisema, cuerpos extraños en vías respiratorias y carcinoma de pulmón entre otras alteraciones.
- Alteraciones del tracto gastrointestinal: Al contrario de lo que se cree, los olores provenientes del estómago no contribuyen en gran medida a la halitosis. Normalmente el esófago se encuentra colapsado y por ello es poca la cantidad de gases estomacales que salen por la boca (el eructar produce una halitosis transitoria debido a gases estomacales). Muy ocasionalmente y en forma transitoria, pasan olores estomacales a la cavidad bucal.
- Dispepsias: esofagitis, gastritis, úlcera péptica, reflujo gastroesofágico, estenosis pilórica- o hernia de hiato pueden traer mal aliento. Cuando el esfinter esofágico se debilita, permite la salida de de gases gastrointestinales por boca.
- Hemorragias digestiva: producen un aliento con olor a sangre coagulada.
- Patologías de la vesícula biliar
- Síndrome de malabsorción, infección entérica y cáncer gastrointestinal
Enfermedades sistémicas:
- Insuficiencia renal: aliento con olor a orina o amoníaco
- Diabetes mellitus mal controlada: la hiperglucemia genera un aliento dulce y frutado dado por la acumulación de cuerpos cetónicos en la sangre que son expulsados a través de los pulmones. Los pacientes con diabetes a su vez tienen mayor tendencia a tener infecciones orales como la candidiasis, úlceras bucales, enfermedad periodontal y xerostomía.
- Patologías del hígado: cuando existe una disfunción hepática severa, se produce el fetor hepático dando un aliento agridulce (dulce y fecal)
- Enfermedades autoinmunes: producen xerostomía ya que afectan a las glándulas salivales: artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, Síndrome de Sjogren y esclerodermia.
- Carcinomas: leucemia, agranulocitosis, anemia aplásica y linfogranulomas entre otros, se manifiesta con severas manifestaciones bucales y disminución del flujo salival.
- Deficiencias vitamínicas, fiebre alta y deshidratación: producen disminución del flujo salival.
- Intoxicaciones por mercurio, plomo, bismuto y arsénico.